domingo, 11 de enero de 2009

El jardín de la pedantería

A pesar de que todavía está pendiente la crítica al Quijote (es lo que tiene no habérselo leído), haré primero la crítica de este libro del cual no diré el nombre del autor para mantener en el anonimato a Fernando Savater, y del que a su vez solo me he leído las primeras 64 páginas.

El libro comienza con una carta escrita por una condesa que escribe a Voltaire, un tío que ya poco le queda por hacer mejor que tumbarse a leer el periódico, en dicha carta habla de lo mucho que le agradaría recibir una respuesta y tal y cual, vamos, que le tira los trastos a un viejo de ochenta y muchos años.

Me pareció curioso que a pesar de que el libro nos lo hayan mandado en filosofía (una asignatura muy pragmática que no hace más que dar respuestas claras), lo único que saqué en claro es que Voltaire se echaba flores constantemente, ¿Cuándo?, venga hombre, un tío que dice que recibe miles de cartas diarias y le llega una carta desde Madrid en junio y la contesta al día siguiente -él está en Ferney-, quién se cree eso. Es un libro bueno después de todo porque consigue hacer más amena la vida de Voltaire, aunque Savater, por muy bien que escriba, hay que reconocer que no sabe crear personajes, todos usan las mismas palabras, la misma pedantería, la misma forma de decirlas y, en definitiva, cuando lees el libro no paras de pensar que está escrito por él.

Ya termino la crítica citando una frase de Voltaire hacia la condesa de no sé dónde: “quedo rendidamente vuestro en alma puesto que mencionar también mi cuerpo sería ofenderos”. Frase que me parece de los más pedante y respetuosa, TAN respetuosa que juraría que ya tienen una relación estable -respeto, palabra que define una pareja ¿no?- , solo se me ocurre decirles: ¡Id a un hotel!

De las cosas positivas del libro me quedo con que ya sé cómo ligaría Fernando Savater.

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