He escrito esto para despedirme de mi corazón, ese que siempre ha luchado por lo que quiere, que nunca se rinde pase lo que pase y, que por más que lo arañe el pasado se recupera. Él, necio, siempre ama sin repisas, sin dudar, siempre se entrega. Ahora... a quién quiera... un mundo tendrá ganado pues siempre es mejor tener el corazón de otra persona que no avaricioso con propio.
Mi corazón nunca se equivoca. Quién lo tenga se asegura su amor.
Mi alma no se contenta sin tu presencia
En el fondo un vacío comienza a crecer
¿Dónde pudiera estar mi corazón?
Quizá ya nunca la pueda volver a ver
Ahora escucho la melodía de tu voz
A lo lejos veo el brillo de tus ojos
Muy a lo lejos no llego, no puedo
Quizá ya no brille... quizá no escuche
Busqué entre la arena de la playa
Tu nombre escrito en las estrellas
En las olas del mar el susurro
De la más dulce, su voz bella
Infinita tristeza que me persigues
Tras de mí caminas siempre aprisa
Abandona ya mi espíritu doliente
O llévame donde ella aun dormita
Nunca el mar estuvo tan vacío para mí
Como el cielo vacío ahora de estrellas
Mi corazón no late, ahora teñido
Como rosas que de rojo tornan negras
Las hojas del otoño vuelven a caer
Nunca murieron mejor a mis ojos
Ahora muere, muere sentimiento
Que ya no quiero volver a ver
Quizá nunca leas estas palabras
Pero si sé, lo que verás, palabras...
Palabras, no son...palabras nunca serán