jueves, 26 de febrero de 2009

Oda a Aitor (simulacro filosófico)

Se me vienen a la cabeza muchas cosas sobre Aitor, bromas a cientos, parodias a miles...
Este poema pretende defenir a nuesto más satirizado compañero, título que ostenta también muy de cerca Borja. Bueno y sin más dilación ahí va:

P
eluquín por tí muy usado
iluso Carmen no es real
solo ceretes obtienes en mates
todavía sigues sin peinarte
al bueno de Capote le has hecho el rimote
con estorbo en el en medio tu gustas sentar
horas dedicas a estudiar
o mejor la guitarra tocar

Con gafas ves lo que la ceguera esconde
estás enfadado: 6 puntos del examen vilmente
robados, pulgadas moles ¿que más dará?
rezando siempre estás: lo mío el plan blanbonga será
a
Paco vas: objetivo no aprobar
oh cruel hado la taquilla te hemos cerrado

lunes, 23 de febrero de 2009

Crítica literaria: Utopía de Tomás Moro

Quiero, en mi primera entrada, continuar con el rincón que este blog dedica a la crítica literaria, siguiendo así con el legado del maestro Ramos. Esta vez quiero escribir sobre una pequeña joyita que llegó a mis manos por azar: mi profesor de Filosofía (asignatura prágmatica donde las haya) nos dio a elegir entre éste y otro libro de un tal Descartes (desconozco quien es, mi sabiduría filosófica se reduce al maestro Savater) para examinarnos en esta evaluación. Elegí este para variar, ya que la mayoría de mis congéneres de curso optaron por el libro de Descartes. Cuan grata fue mi sorpresa al dirigirme a la librería para adquirir dicho libro vi que el prólogo de la obra correspondía al Maestro. Sí, es ese que pensáis. Sin demora me dispuse a devorar, ávido de sabiduría filosófica,y sin duda más raudamente por este motivo que por la persectiva del examen, la disquisición que el Maestro había elaborado para esta obra. Tras leer las peripecias de Savater en un congreso de filosofos y su experiencia y notas sobre la obra comence a leerla. Pero cual fue mi sorpresa que el altísimo nivel filosófico del que había hecho gala el Maestro con su hábil prosa se esfumaba en el sufrimiento que suponía conocer las aventuras de un tal Rafael Hytlodeo en una isla llamada Utopía(llamada república pero, sin embargo, que era dirigida por un príncipe vitalicio) con un supuesto gobierno perfecto(aunque, en mi opinión, este no era más perfecto que el conocimiento de mi amigo Lava del sistema diédrico) y la narración de este a Tomás Moro( autor de la obra y personaje de ella, original el hombre...). Página a página, se sucede el monólogo de Hytlodeo acerca de la isla, con todo lujo de detalles insustanciales. Mientras yo, página a página me daba cuenta de la hipocresía de Moro, el cual siendo católico devoto y, según él mismo, “azote de herejes”, iba describiendo una sociedad en la que existía la eutanasia, el matrimonio de sacerdotes y la tolerancia religiosa por ejemplo. A esto se le llama predicar con el ejemplo si señor. Por otra parte Moro, que fue en su tiempo vizconde de Londres y, sin duda un opulento adinerado, describe una sociedad donde no existe el dinero y que se basa en la propiedad pública. Concluyendo, lo único positivo que puedo decir de esta obra es que constituye una crítica acertada contra la sociedad de su tiempo. También me quedo con una frase que me pareció extrapolable a nuestro tiempo y que quizás os sirva: “estas obligado a hacerte tan agradable como sea posible a aquellos que la naturaleza, la casualidad o la propia elección han hecho compañeros tuyos”. Así pues espero que esta humilde entrada os haya sido agradable y os sirva para aceptar como único poseedor de la verdad filosófica al Maestro ante herejes como el propio Moro.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Apocalíptico

Escribo este mensaje-respuesta breve al anterior post de Marco. ¿Que pretendes con hacer tal comentario?. Posibilidades que yo veo: 1 Burla religioso-cientifica, con eso no fomentas este blog y su Gran animo de lucro.Ahora en serio a que viene eso, imagina que tu ídolo Berkeley se levantase y viese tal comentario, primero seguro que no seria para tocar los huevos (referencia de Ramos) y segundo lo dotaría de tanta subjetividad como el hecho mismo de gastar siquiera un ápice de tiempo en escribir semejante majadería. Replanteate tus actos o estos podrían tener consecuencias apocalipticamente objetivas, fuera esa subjetividad. Yo lo que veo es alguien, que en estos momentos tiene pocas luces y no deberia filosofar tanto...
Y sin embargo lo hace...

Darwin, perdónales por que no saben lo que hacen